La lavanda o, como yo me refiero cariñosamente a ella, la flor de los mil usos, es un ingrediente básico a la hora de hacer productos de cosmética natural.
Creo que para explicar sus utilidades, es importante señalar que esta planta se puede aplicar tanto externa como internamente.
A nivel interno, las infusiones de lavanda son muy eficaces para aliviar los síntomas de estrés, insomnio y ansiedad. Además, tomada después de las comidas, contribuye a realizar una mejor digestión.
A nivel externo, el cual es el más relevante para mi por todos los empleos que se puede hacer de ella en la cosmética, sus múltiples propiedades hacen de ella un ingrediente altamente versatil. Y para demostrarlo, os explicaré algunos de sus muchos beneficios y usos relacionados.

1. Es Bactericida, lo que se traduce en la eliminación de distintos tipos de bacterias tras su aplicación. Ideal para mantener libres de granos y sebo las pieles mixtas o grasas.
2. Tiene propiedades antiinflamatorias, por lo que su aplicación en pieles sensibles está más que recomendado. Ni que decir que otro de sus usos óptimos es su utilización sobre esguinces, lesiones, tendinitis y heridas.
3. Es antioxidante, ayudando a combatir la degeneración celular, lo cual es perfecto para las pieles maduras o envejecidas.
4. Es un gran aliado en caso de problemas de pérdida de cabello.
5. Y como ya he comentado previamente, actúa como calmante natural, traducido…que nos viene bien a todos!!
6. Pero es que además de todo esto, su aroma es maravilloso. Cuando la hierves en agua, su esencia envuelve todo el hogar. Pudiendo realizar con ella un sinfín de productos artesanos, tales como botes de fragancia ambientadora para el hogar, perfumes y velas relajantes.

Aquí os dejo unos consejos muy fáciles para aprovechar sus beneficios:

1. Repelente de polillas: Yo siempre coloco en los cajones de los armarios saquitos de semillas con lavanda por su maravillosa fragancia y porque, y esto es muy importante, su olor es un repelente natural contra las polillas.
2. Infusión calmante antes de dormir o tras una comida copiosa para aliviar la sensación de pesadez.
3. Si tenéis una planta de lavanda en casa, utilizar sus flores para preparar un baño relajante (También podréis comprar preparados de flores secas de lavanda en una tienda de productos ecológicos o herbolario). Si a la bañera añadís un poco de leche en polvo, tendréis una combinación perfecta de relajación e hidratación.
4. Una recomendación personal es que compréis en cualquier herbolario un botecito de aceite esencial de lavanda, el cual contiene de forma muy concentrada todas sus maravillosas propiedades. De esta manera, podréis disfrutar de sus beneficios solo con unas pocas gotas añadidas a un aceite o incluso aplicándolo directamente sobre la piel en caso de heridas o quemaduras.